En mi interior. Marcado a fuego. Nada ha sucumbido a las horas. Se ha quedado pegado en mi cuerpo, tu sudor, tu olor, tus caricias, tu sexo. Cada susurro se repite… inconsciente con el paso del tiempo.

El sentimiento intenso se deshace, se olvida, lo que ponemos de cada una es limitado, finito. Sólo en la memoria quedarán los recuerdos  que sucumbirán al tiempo.

Pero serán recuerdos, mi ser no sucumbe recoge los frutos de su trabajo, camina airoso por su mundo creado, sin retroceder.

1 comentario: