Cuando miro a mi alrededor, muchas veces pienso en las relaciones que nos rodean, en la gente que pasa por nuestra vida. Gente importante, algunas se quedan, de otras nos olvidamos y desaparecen de nuestro entorno. Gente con la que en un momento determinado conectamos, pero cuando nuestras circunstancias cambian … esa gente, también cambia y la sustituimos por otra.

Hablamos, nos hablan, contamos, nos cuentan, queremos, nos quieren, nos prometemos, nos prometen, deseamos y nos desean, todo eso, durante nuestros años, ¡nos pasa con tanta gente!. Es un bucle continuo, es una estabilidad temporal, que rompemos o que rompen, da igual quién sea el sujeto. Visto así, es un poco locura, pero me imagino que también es enriquecedor, ¿no?.

La verdad es que las relaciones humanas están llenas de sorpresas, de gratas sorpresas. La suerte es que pasan, a veces de largo, otras, sin embargo,se quedan. 

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