Esperando la ola, sentada sobre la tabla, mirando allí donde el mar sigue y sigue, trataba de no recordar y mientras surcaba la rompiente, a la izquierda ... a la derecha ... seguía recordando. Observando el atardecer, seguía pensando, queriendo compartir algo imposible de hacer.

Y todavía se pregunta porqué y sólo hay una respuesta ... porque no quieres olvidar, porque no quieres olvidarte ... Y llora, y respira profundo y cierra los ojos ... y las olas, pasan ... una tras otra ... y el sol, se esconde, allá en el horizonte ... Quizás nunca lleguemos a entender lo que hemos vivido o, tal vez, nos haya faltado tiempo

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